miércoles, 18 de abril de 2007

“Sólo tendremos reconciliación cuando no haya inequidades”


Fuente Pagina/12 17/4/07

Así lo afirmó Mary Burton, la única argentina que participó de la Comisión de Verdad y Reconciliación de Sudáfrica. Estuvo en una charla convocada por Carrió, quien elogió el proceso de ese país.
Por Werner Pertot

Mary Burton, quien fue miembro de la comisión sudafricana, y Elisa Carrió, líder del ARI.
“Un milagro.” Así definió Elisa Carrió la salida del apartheid en Sudáfrica. En seguida, aclaró: “El milagro no lo hizo Dios; lo hicieron los hombres al perdonar”. La líder de la Coalición Cívica (CC) volvió sobre el proceso sudafricano en una charla sobre “Derechos humanos de ayer y hoy”, en la que tuvo a una invitada especial: Mary Burton, la única argentina que participó de la Comisión de Verdad y Reconciliación de Sudáfrica. “Nelson Mandela es el que perdona al enemigo. Ellos tienen el concepto de Ubuntu: si yo perdono, reparo el cosmos”, afirmó Carrió.
A pura sonrisa, Carrió estaba en su salsa en el auditorio Astor Piazzolla del coqueto Centro Cultural Borges, repleto hasta la última fila (en su mayoría, por mujeres). En la mesa se sentaron junto a la ex diputada, Burton, la legisladora ex bullrichista María Eugenia Estenssoro y la monja Regina, la madrina espiritual de Carrió. “En nuestro viaje a Sudáfrica fuimos a ver a una heroína nacional y yo me encontré con una tía que jugaba al bridge. Y dijimos de llevarla a la Argentina para que mujeres de nuestra clase vean el compromiso civil”, la presentó Carrió.
Burton nació en Rosario, en una familia de clase alta. Mientras estudiaba en Europa, conoció a un empresario sudafricano con el que se casó y se fue a vivir a Ciudad del Cabo en 1961. En la charla, relató que la llegada a Sudáfrica la shockeó: “Las ciudades se dividían por razas. Y en ese momento se cerraron las escuelas nocturnas para negros”, contó. Primero hizo beneficencia, pero luego se sumó a las Black Sash (Fajas Negras), un grupo de mujeres blancas que protestaban contra el apartheid, recogían denuncias de violaciones a los derechos humanos y proveían asesoramiento legal. Usaban la faja como un símbolo de la muerte de la Constitución. “Por muchos años fuimos rechazadas por la sociedad blanca, pero también por los intelectuales negros”, indicó.
En un aparte con Página/12, Burton relató cómo se gestó la amnistía sobre el final de las negociaciones de paz. “La presión vino de los victimarios, que amenazaron: si no había amnistía, las elecciones de 1994 no pasarían sin violencia”, recordó. “Las organizaciones de derechos humanos pensamos que era una falta de respeto a las víctimas”, dijo. “La transición se pagó con la amnistía, pero ellos pagaron con la verdad”, aseguró frente al público. Con la ley de promoción de la unidad y reconciliación nacional, se sancionó una amnistía por la que quien quería ser perdonado debía declarar ante la Comisión por la Verdad y la Reconciliación, que presidió el arzobispo Desmond Tutu.

Mandela –que había llamado al movimiento de Black Sash la “conciencia moral de la Sudáfrica blanca”– la eligió a Burton como parte de sus integrantes.

Le dieron un coche con chofer, que no aceptó, a diferencia del resto. “La meta no era la venganza, sino la reconciliación”, relató Burton.
La comisión recibió el apoyo del Equipo Argentino de Antropología Forense para reconocer los restos de cientos de militantes negros enterrados en fosas comunes en todo el país o arrojados al río. El informe final se basó en los testimonios de catorce mil víctimas y de ocho mil represores y ex guerrilleros (porque también juzgaron las acciones del movimiento de liberación). “Lo mejor que se puede decir del trabajo de la comisión es que nadie puede decir que no sabe lo que pasó. Pero ahora los derechos humanos que se violan son económicos y sociales. Sólo tendremos reconciliación cuando dejen de existir las inequidades”, concluyó Burton.
“Ella no tenía un hijo con problemas en el apartheid”, señaló Carrió, quien recordó que en su viaje a Sudáfrica tuvo una entrevista con ex militantes negros: “Nos dijeron: ’Nosotros, que luchamos contra el peor sistema, también violamos derechos humanos’. Algo que en la Argentina no se habla”. Carrió sostuvo que es “más perfecto” el sistema legal argentino que el sudafricano, pero señaló que a la Argentina le falta “el espíritu”. “Falta la justicia de restauración. Que el otro dijera dónde estaban enterrados sus familiares era más importante para ellos que una condena sin confesión”, planteó.

viernes, 13 de abril de 2007

CONFERENCIA DE MARY BURTON, ELISA CARRIO Y MUJERES POR LA PAZ

Derechos humanos de ayer y de hoy
Te invitamos a la conferencia que dará, el 17 de abril, Mary Burton, una mujer extraordinaria, nacida en Argentina, que por su compromiso en favor de las libertades cívicas en Sudáfrica se convirtió en una de las figuras más prominentes del movimiento de liberación de ese país.
Ella fue elegida por el Presidente Mandela como uno de los miembros de la Comisión de Verdad y Reconciliación, que investigó las violaciones a los derechos humanos cometidos durante el régimen apartheid.
Burton adquirió notoriedad como integrante del BlackSash (La Faja Negra), una organización de mujeres blancas, mayoritariamente de la clase acomodada, que desde los años 50 se animaron a cuestionar al régimen apartheid tanto dentro como fuera de su país. Mandela, al ser liberado, dijo: "Ellas son la conciencia de la Sudáfrica blanca".
Mary Burton hablará sobre dos aspectos de gran vigencia para nuestro país: ¿Cómo lidiar con la pesada carga de un pasado violento? y ¿Cómo garantizar los derechos humanos y políticos en sociedades con una gran inequidad económica y social?.
Le hemos pedido que cuente su experiencia en el proceso sudafricano y explique por qué Black Sash amplió su enfoque para abarcar también los derechos económicos y sociales, como derechos humanos fundamentales, en un país con 40% de desempleo. La cita es en el Centro Cultural Borges, el 17 de abril, a las 18hs, Vacantes limitadas.
Confirmar a: mujeresporlapaz2007@yahoo.com.ar o al 4338-3111.
Esperamos contar con tu presencia.
Por Mujeres por la Paz
Lic. Haydee Copolechio

Mary Burton y las mujeres de Black Sash

Convirtiendo los derechos humanos en realidad

“Ellas son la conciencia de la Sudáfrica blanca previa a la democracia”
(Nelson Mandela)

Cuando en los años ‘50 en Sudáfrica pocos podían, querían o se animaban a hablar, un grupo de mujeres blancas, de la clase media, formó la organización Black Sash (Faja Negra) para enfrentar el régimen de exclusión racial, que luego se transformaría en el apartheid. Lucían en público una faja negra, simbolizando “la muerte de la Constitución”.
Con una conciencia cívica y moral inclaudicable, estas mujeres aprovecharon la protección que les daba pertenecer a una clase social privilegiada para “avergonzar con su presencia vigilante a jueces, diputados y funcionarios”. Ellas denunciaban dentro del país y en el exterior al gobierno del apartheid que durante cuarenta años diseñó uno de los regímenes racistas más inhumanos del siglo XX. Apartheid significa “apartado”, “separado”, y sus leyes consistían en separar a las personas de piel negra u oscura, despojarlos de derechos cívicos y constitucionales, para promover la supremacía de los blancos europeos, considerados superiores por ley.
El gobierno del apartheid no tardó en acusarlas de comunistas y de “desatender sus tareas familiares”, pero la prensa internacional y las embajadas las consideraban una fuente de información valiosísima.

DERECHOS HUMANOS DE AYER, Convirtiendo los derechos humanos en realidad - 1955-1995 - 40 años combatiendo al apartheid

En sus “consejerías barriales” (aún funcionan) las mujeres de Black Sash tomaron contacto diario con la realidad de los excluidos. A través de estas oficinas, las voluntarias tuvieron el coraje de asistir a los oprimidos en forma directa, explicándoles sus derechos, enseñándoles las leyes (que ellas mismas también tuvieron que aprender) y presentando causas judiciales con ayuda gratuita de abogados amigos.
La primera consejería fue abierta en Ciudad del Cabo en 1958 para ofrecer servicios de información y ayuda paralegales. A lo largo de los años las consejerías se fueron multiplicando apoyándose en voluntarios y mujeres y hombres de los guetos (townships) que oficiaban de intérpretes. La intención era atender las necesidades de cientos de miles de desamparados y excluidos del sistema que necesitaban ayuda, atención y asesoramiento, víctimas de un régimen atroz que había dividido familias, vecindarios y comunidades enteras.
Fue una búsqueda constante de soluciones, que llevó a las miembros de Black Sash a capacitarse en derecho, estudiar las leyes, seguir los debates parlamentarios, mantener reuniones públicas y protestar, siempre protestar: en silencio frente al Parlamento y otros sitios públicos,
Este recorrido fortaleció la convicción de Black Sash sobre el terrible precio que estaban pagando los negros frente a la supremacía de los blancos. Fueron muy activas en supervisar y relevar los conflictos que se sucedían en todo el país, tomando declaraciones y observando reuniones, manifestaciones y asistiendo a funerales.
A mediados de los años 70 cuando la situación se tornó más violenta aún, ya que frente al aumento de la resistencia de los negros la represión recrudecía, el trabajo de Black Sash no cesó, al contrario, se expandió. Registraron las protestas, las manifestaciones y las marchas. Conservaron listas de las personas detenidas y muertas o desaparecidas durante su detención y lamentablemente algunas miembros de Black Sash fueron detenidas, acosadas y maltratadas.
Black Sash también se dedicó a la supervisión de la legislación y de la política gubernamental. A fines de los ’90 formaron el grupo LegiWatch para que siguiera exclusivamente con esta tarea.
Para Black Sash la justicia es un prerrequisito de una sociedad democrática, por eso pusieron especial énfasis en la asistencia paralegal y participaron en la redacción de la nueva Constitución, (“una ley para una nación”), vigente desde 1996, en la cual todos los ciudadanos gozan de los mismos derechos.

DERECHOS HUMANOS DE HOY, Convirtiendo los derechos humanos en realidad - 1995-2007 - 12 años construyendo la democracia

Una vez logrado este hito, Black Sash tuvo que replantear su rol y fijar nuevos enfoques de trabajo. Gradualmente comenzaron el cambio, y pasaron de ser una organización de voluntarias, en su mayoría mujeres blancas, a transformarse en 1995 en una ONG, con una estructura profesional. Su foco ahora son los derechos socioeconómicos de los más pobres y los sectores más vulnerables de la sociedad. Las áreas: seguridad social, justicia administrativa, derechos del consumidor y ciudadanía.
Siguen tras la senda de construcción de un movimiento paralegal que mejore el acceso a la justicia y comprometa a los tribunales a garantizar los derechos proclamados en la Constitución. También trabajan con otras ONGs en la lucha contra el severo flagelo del sida y la pobreza. Estos son hoy para ellas los caminos para llegar a una sociedad más igualitaria.
A más de 10 años de trabajar en la consolidación de la democracia, los miembros de Black Sash admiten que la transformación es compleja y no abandonan su tarea de promover los derechos humanos para lograr una justicia social, en un contexto de extrema pobreza que priva de toda dignidad. “Tenemos tanto que hacer y nada sucede salvo que la gente haga que suceda. Por cierto, Black Sash ha cambiado al ritmo de estas últimas décadas pero nuestra determinación en ayudar con todos nuestros esfuerzos para que los derechos sean una realidad no ha cambiado”, afirman.
A pesar de ser uno de los países del continente africano, Sudáfrica tiene 37% de desempleo. Según el Banco Mundial, 13% de los habitantes viven en condiciones de Primer Mundo, y 22 millones viven en condiciones de país en vías de desarrollo, solo 25% tiene acceso a la electricidad y agua potable, la mitad completó la escuela primaria, y cerca de un tercio tiene hijos que sufren de malnutrición.